Qué hacer en Saldungaray

Portal del Cementerio de Saldungaray

En la proximidades del arroyo Sauce Grande y del Fortín Pavón se encuentra el portal del cementerio de Saldungaray, una de la creaciones más famosas surgidas de la mente imaginativa y onírica de Francisco Salamone. Implantado con provocativo exotismo dentro del paisaje de Sierra de la Ventana, se presenta como un artefacto transgresor de gran fuerza escenográfica, como símbolo de la nueva religiosidad que identifica al Estado Conservador con la Nación Argentina y la religión católica.

Una enorme rueda de automóvil con rayos interiores de 18 m. de diámetro funciona como metáfora maquinista de la velocidad y se imbrica con otros significados religiosos y funerarios, corporizados en la intimidatoria cabeza de Cristo que surge del crucifijo gracias a la libertad plástica del hormigón, escudriñando hacia abajo el sufrimiento del cortejo fúnebre en señal de duelo. Atribuidos al escultor Santiago Chierico, estos cristos cubistas de hormigón siguen el modelo del cementerio de Laprida.

Un disco celestial es el motivo inspirador de este portal entre la vida y la muerte, operando como el diafragma de una pupila dilatada, como un ojo escrutador en cuyo interior la luz filtrada ejerce sombríos contrastes evocando la corona de espinas. Pese a su simetría, la composición en escorzo resulta fundamental en el planteo dinámico de Salamone gracias a las sombras rasantes del este y del oeste, multiplicando sus reflejos en el interior brillante de este gran medallón de cerámicas esmaltadas azules.

Los trazados reguladores –con cuadrados, triángulos y círculos– son fundamentales en la ideación de planta y alzado. La pesadez gravitacional que ejerce la cruz como enorme dintel sobre la puerta de entrada, funciona como una metáfora sobre el agobio de la muerte en la vida de las personas.


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